Todo un emprendedor de la moda: Pierre Cardin

La historia de Pierre Cardin ha sido una historia de éxito vinculada siempre al mundo de la moda. A sus 91 años puede presumir de haber colaborado con Christian Dior, entrar con éxito en el mercado japonés y de haber diseñado incluso el interior de un vehículo, concretamente el AMC Javelin en el año 1971.

Con todo eso, la trayectoria de Cardin ha sido un constante innovar en tendencias, adaptarse a los tiempos cambiantes y convulsos, pero, sobre todo, tratar de mantener una esencia y un sello característicos que hiciesen de sus prendas, algo único que todas las mujeres quisieran lucir a uno y otro lado del Mundo.

 

diseñador moda

© graciela rossi – Fotolia.com

Un nombre, una marca, un éxito

Veneciano de padres franceses, Cardin quiso estudiar arquitectura en París, aunque el destino le empujaba a otro mercado. En 1950 creó su propia firma, centrada, quizá por ese pasado en el mundo de las estructuras, en piezas geométricas, modernas y con una tendencia unisex.

En esa década el diseñador ya pensaba en conquistar grandes mercados y miró a Asia. Japón fue su punto de mira y fue capaz de adentrarse antes que muchas otras grandes marcas. Sus diseños fueron acogidos con pasión por los japoneses y, con los años, demostró que tenía una gran visión empresarial, ya que Japón terminó por convertirse en uno de los mercados claves de la moda, algo que se mantiene hasta el día de hoy.

Ya en los 70, buscaba su lugar para exhibir las colecciones. El Espace Cardin fue auspiciado mucho antes que otras firmas ni tan siquiera lo planteasen. El lugar: la Chambre Syndicale de la Mode.

La unión hace la fuerza

Unas creaciones que decidió aunar junto a cadenas de renombre. Es por eso que, lejos de buscar la exclusividad en sus propios comercios, apostó por colaborar con, por ejemplo, los grandes almacenes parisinos Printemps.

Además, renovó la imagen de los trunk shows. Una idea que se había desechado en el momento, pero que ya es un habitual, ese lugar mágico que crean los diseñadores para mostrar sus colecciones a clientes y también a la prensa especializada.

Como vemos, toda una mente empresarial que llegó incluso, a apostar por introducirse en la hostelería, con la compra de Maxim’s de París, en 1981. Siempre creando un espacio de encuentro para artistas y nobles.

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